Conversaciones Reveladoras
Pocas veces se puede entablar entre dos personas una conversación que revele tantas cosas y que generé tantas nuevas expectativas. Que nos demuestre un mundo y que parecíera llegar demasiado tarde.
Una noche mágica, cargada de palabras que como siempre intentaban ocultar la verdad. De juegos mentales y de nervios escondidos tras una máscara de ironía.
Así comenzó todo, mientras dos personas se miraban sin saber muy bien que hacer, si dar un paso y acercarse o mantener la distancia ya habitual entre ellos.
Pero el hielo entra ambos se quebró con un beso, un beso y la urgente necesidad de recuperar parte de lo perdido por cobardía.
Se dejaron llevar por sus sentimientos y disfrutaron de la intimidad del otro como si fuese la propia. Se permitieron amarse olvidando el mundo y las propias trampas que ellos mismos se habían puesto.
Pero ambos sabían que aquello tendría sus repercusiones.
Fue el momento de poner las cartas sobre la mesa y decir lo que sentían. Recopilar lo vivido y plantearse el presente. Cada palabra que de la boca de él salía, parecía haber estado allí por años y siempre temerosas de salir, pero lo hicieron para firmar una promesa.
Pero ella acostumbrada a las promesas, no pudo evitar cuestionarse si dudar o no, y la conclusión fue solo una. “No tengo nada que perder”. Y decidió arriesgarse a una aventura que desconocía su rumbo y su puerto, pero que esperaba al hiciese Feliz.
Solo rogaba no fuesen simples promesas.
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